miércoles, 21 de noviembre de 2012

NORMAS DE URBANIDAD PARA NIÑOS


REGLAS DE URBANIDAD




La urbanidad es el conjunto de reglas que debemos observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras manifestándolo a los demás.

Las reglas de urbanidad tienen que ver con el orden y el respeto que favorecen las relaciones armoniosas entre los pobladores de una ciudad. Estas no se encuentran ni pueden encontrarse en las leyes; sin embargo no podría conservarse ninguna sociedad sin ellas


LOS MODALES, CORTESÍAS EDUCACIÓN, ATENCIÓN Y LAS NORMAS DE BUEN COMPORTAMIENTO QUE DEBEMOS SEGUIR EN EL ENTORNO CON LA SOCIEDAD

1. Respetarse a si mismo*¿te respetas a ti mismo?*¿Cómo te respetas a ti mismo?2. Respetar a las demás personas.

 2. Escuchar mas que hablar







3.Pensar antes de obrar o hablar 


4. TRATAR A LOS DE MAS COMO QUEREMOS SER TRATADOS

5.  Utilizar un lenguaje educado y culto. NO DECIR GROSERÍAS O PALABRAS OBSCENAS








6. Saludar



7. dar las gracias

8.Ser honesto, disciplinado, obediente, estudioso y trabajador

9. pedir el favor 



10.Cumplir nuestros deberes y obligaciones

11. despedirse



12. Comer decentemente en casa y fuera de ella






CUENTOS


El árbol mágico

arbol mágico

Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.

El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabrasupercalifragilisticoespialidosotan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas

Nunca te burles de un rinoceronte

Cuento para no burlarse de los demás


Hubo una vez en la sabana africana, un rinoceronte con mal humor que se enfadaba muy fácilmente. Cierto día, una gran tortuga cruzó por su territorio sin saberlo, y el rinoceronte corrió hacia ella para echarla. La tortuga, temerosa, se ocultó en su caparazón, así que cuando el rinocerante le pidió que se fuera no se movió. Esto irritó mucho al gran animal, que pensó que la tortuga se estaba burlando, y empezó a dar golpes contra el caparazón de la tortuga para hacerla salir. Y como no lo conseguía, empezó a hacerlo cada vez más fuerte, y con su cuerno comenzó a lanzar la tortuga por los aires de un lado a otro, de forma que parecía un rinoceronte jungando al fútbol, pero en vez de balón, usaba una tortuga.
La escena era tan divertida, que enseguida un montón de monos acudieron a verlo, y no paraban de reírse del rinoceronte y su lucha con la tortuga, pero el rinoceronte estaba tan furioso que no se daba ni cuenta. Y así siguio hasta que, cansado de dar golpes a la tortuga sin conseguir nada, paró un momento para tomar aire.
Entonces, al parar su ruido de golpes, pudo oír las risas y el cachondeo de todos los monos, que le hacían todo tipo de burlas. Ni al rinoceronte ni a la tortuga, que se asomó para verlo, les hizo ninguna gracia ver una panda de monos riéndose de ellos, así que se miraron un momento, se pusieron de acuerdo con un gesto, y la tortuga volvió a ocultarse en el caparazón. Esta vez el rinoceronte, muy tranquilo, se alejó unos pasos, miró a la tortuga, miró a los monos, y cogiendo carrerilla, disparó un formidable tortugazo, con tan tremenda puntería, que ¡parecía que estaba jugando a los bolos con los monos burlones!.
El "strike" de monos convirtió aquel lugar en una enfermería de monos llenos de chichones y moratones, mientras que el rinoceronte y la tortuga se alejaban sonriendo como si hubieran sido amigos durante toda la vida... y mientras le ponían sus tiritas, el jefe de los monos pensaba que tenían que buscar mejores formas de divertirse que burlarse de los demás.



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